Hace años que participo en un foro de aficionados a los loros.
Una de las foreras, Anna, estudia veterinaria y ha escrito esto, es genial!. Es largo, pero me he reído tanto!!!
Estoy seguro de que, al menos en la parte de la cafetería, todos los fuberos nos sentiremos muy identificados!
A disfrutarlo!:::
Que bonita es la carrera de Veterinaria, ¿verdad?
Al menos eso es lo que te dice todo el mundo... "¿Y tú qué estudias?" "¿Yo? ¡Veterinaria!”, respondes tú, con alegría inversamente proporcional a los años que lleves en la carrera. "Huy, veterinaria... ¡Qué bonito!" responde inevitablemente la otra persona. Bueno, o eso, o lo de que “si esa no era una carrera de tres años…”, pero como esa frase implica la muerte de quien la pronuncia (¿¿¿¿3 años? 5 oficiales, mas de 7 de media!! Como se atreve!!), mejor nos quedamos con los del tópico (si, si, los que dicen que es “bonita” y tal...)
Preciosa. Es una carrera preciosa. Porque tu llegas el primer año, con el moreno veraniego de después de selectividad (que son las últimas vacaciones en condiciones que vas a tener, pero eso tu aún no lo sabes), entras en un aula y... ¿Cómo sabes que no te has confundido de clase? Pues muy sencillo: Porque todas las carpetas que te rodean están forradas con gatitos, perritos, pollitos, caballitos y bebés. Que lo de los bebés no sé yo, pero… ¿En Arquitectura los de primero forran sus carpetas con fotos de ladrillitos y columnitas?
Pero es que además no sabes dónde te estás metiendo, porque medio día tienes teoría, y el otro medio, prácticas. "¡Qué bien!" piensas, ingenuo de ti… "¡Cuantas cosas útiles voy a aprender!"; pero pocas semanas después, mientras estás en prácticas de Física, en un lugar que parece el laboratorio de Dexter (pero más inquietante), manejando unos aparatos que no tienes muy claro para que sirven, pero que han conocido tiempos mejores, y con unos profesores cuya única guía mística es "Sigue el Guion"... empiezas a pensar que tiene que ver eso con lo que tú querías estudiar, y por qué demonios entras en la facultad de noche... ¡y sales de noche!. (eso, junto las practicas de “minitab” de matemáticas, hacer jabón, y chorradas por el estilo que se hacen en 1º…)
Como todas las asignaturas de 1º se parecen un poco a las del instituto, tu gran ilusión es “Anatomía”. Bueno, eso es la primera vez que la estudias, porque al tercer año de “escápula” y “nervio ciático”, cuando coges el bisturí, en lo que piensas es en cortarte las venas en juliana y no en diseccionar el plexo braquial. Y además, tus apuntes parecen el Evangelio. Si, si, como lo oís: "El Genital según San Joaquín (Camón)" "La Embriología según Santa Cuca" porque cada año cambian los profesores, y cada uno tiene su versión... Con el premio especial de salir (de noche) oliendo a formol, que al menos tiene la ventaja de que en el metro te van haciendo corrillo.
Y es que como te pasas todo el puto día allí, tienes que tomar una decisión trascendental: Tupper o Menú del bar. Yo creo que a los que eligen tupper, tendrían que convalidarles las prácticas de Infecciosas y Microbiología, porque todo el mundo sabe que una taquilla estándar contiene:
- Un tupper de hace dos semanas, en el que una táctica ofensiva envolvente por parte del Moho, le ha hecho proclamarse vencedor ante las Bacterias, en el glorioso campo de batalla de los restos de salsa carbonara.
- Unas botas que cualquier día salen andando ellas solitas, de la cantidad de mierda y materia indefinible que tienen en la suela.
- Una bata mugrienta con misteriosas manchas de sangre, naranja de acridina, césped, azul de metileno y carne picada. (y que además apesta a perro sucio beagles)
- Unas natillas/flan/arroz con leche que cogiste un día de postre y que se te olvido tomar, y que no te atreves a abrir por miedo a lo que te puedes encontrar dentro.
A los que optan por el menú, sin embargo, lo que deberían de convalidarles es Tecnología de los alimentos e Higiene, porque van a enfrentarse a:
- Filete con consistencia de suela, difícil de masticar hasta para el aparato ese de doble mordida de prácticas de tecno de los alimentos.
- Esas-malditas-patatas-que-no-son-fritas.
- Postres anti gravitatorios, en los que metes la cuchara, vuelcas el postre y ¡tachaaaaan! ni el postre se derrama, ni la cuchara se cae.
- Tomates de ensalada cortados con el micrótomo de Histología. ¡Sólo unas micras de espesor!
- Esas-malditas-patatas-que-no-son-fritas.
- Mr. Racionator contando albóndigas, san jacobos, huevos fritos y salchichas para que nadie se indigeste. Cualquier día, los granos de la paella, contados con cámara de Neubauer.
- ¿He mencionado ya “Esas-malditas-patatas-que-no-son-fritas”?
Y luego viene el café, que cuando llegas en septiembre te parece ácido de batería, y en junio te tomas 3 el mismo día sin pestañear.
Entre tercero y quinto haces salidas a lugares de interés, que son muy útiles para:
-Qué no vuelvas a comer chóped ni mortadela en tu vida
-Que desarrolles tu ingenio y habilidades sociales para poder estar en Mercamadrid a las 7 de la mañana y sin coche propio.
-Que compruebes que en las explotaciones de vacas pocas cosas son como te las habían contado.
-Que te duches antes de entrar a una granja de cerdos para ponerte después un mono y unos calcetines que no son tuyos, te quedan grandes, están tiesos y te dicen que los acaban de lavar pero tú no te fías mucho.
-Que veas muy negro tu futuro profesional.
En Tecno de los alimentos, lo que buscan es conquistar tu corazón a través de tu estómago, así que en vez de salidas haces prácticas de comestibles: Un día haces pan, otro chorizo, mantequilla, helado, queso... hasta una bebida de diseño (Horror!). Y tú, todo te lo llevas a tu casa con gran ilusión, se lo enseñas a tu familia y... ellos te miran con cara de pánico. "Que... qué bien, hijo mío" dice tu madre (con una cara indescriptible de asco), mientras coge el "alimento" con la punta de los dedos y el brazo estirado, y lo esconde en el fondo de la nevera (o si no miras, lo tira directamente a la basura, aunque de todas maneras, acabara en la basura). "Lástima que hoy ya hayamos cenado” aunque sean las 6 de la tarde.
En las asignaturas de clínica tienen las consultas, que consisten en soportar las borderías del propietario, del veterinario o del interno de turno y a veces también del perro (o no digamos del gato) sin perder gesto ni compostura. Y no falla: Si estás tú solo, lograrás sacar toda la sangre que quieras, con una sola mano, de un caniche histérico, cardiopata y deshidratado. Si el propietario del animal está delante, e intentas hacer lo mismo con un mastín buenísimo, con los vasos como tu dedo de gordos, y tres personas ayudándote, tienes garantizado hacerle un hematoma horroroso y no encontrarle la vena.
Y no hemos hablado de lo más bonito de la carrera: Los exámenes. Está el "examen gimkhana" de prácticas de Anatomía, que parece una prueba de humor amarillo, consistente en buscar numeritos en un perro podrido y apuntarlos en una hoja sucia, mientras un reloj con alarma marca el cambio de mesa, con la tensión añadida de poder quedarte entre mesa y mesa, sin perro podrido en el que sumergirte.
Está el "examen amigo-invisible", de Fisiología, en el que metes la mano en una cajita, sacas un papelito con el nombre del profesor que te ha tocado, lo lees y... tu primer impulso es volverlo a echar, pero ya no puedes. Distingues a los que han corrido la misma suerte que tu: son los del fondo del pasillo con cara de susto.
los "Súper-Logical-test" de Toxicología, Deontología y Parasitarias, con preguntas del tipo:
“Como usted bien sabe, es cierto que la falsedad de mi afirmación
anterior me permite señalar que ante esos resultados no cabe pensar
que (Señale la incorrecta):”
a) Si
b) En carnívoros no es así, mientras que en rumiantes y suidos por
el contrario, tampoco.
c) b, c y d son incorrectas
d) Todas las anteriores son verdaderas
e) Todas son falsas, incluida ésta.
Ya sabéis, niños: Ante la duda, la E.
Los "exámenes psicológicos" de Histología y Anatomía patológica general, en los que, después de un año en prácticas, a oscuras, en estado hipnótico sobre en microscopio, acabas por aprenderte la forma de las preparaciones como las manchas del “test de Rochard”, y todo tu afán es mirar la silueta disimuladamente, para saber si es el testículo o la bolsa de Fabricio.
Por esto y por todo lo que me dejo: Placajes de oveja en prácticas de Etnología (por no decir cuando las cabras se te comen el guión de prácticas o la ropa), pesar mierda de conejo en nutrición, triturar judías verdes en tecnología de los alimentos, la cola infinita de reprografía (o de la impresora), los pensamientos filosóficos que se tienen con el brazo metido dentro del culo de una vaca, la maravillosa vida de los veterinarios internos (trabajando 12 horas al día, haciendo guardias por la noche, los domingos, Nochebuena, Navidad… y cobrando solo 500 euros al mes), los ratones maltratados de farmacología, las guardias que te chupas en cirugía y en patología médica de caballos, la olor de una necropsia de una oveja que lleva como 1 semana muerta (a la 1 del mediodía antes de comer) ... Qué bonita es nuestra carrera, ¿verdad?
Tanto que cuando en una comida familiar, alguien se interesa por lo qué haces y te dice "Que bonito...a mi también me gustan mucho los gatitos y los perritos", y te planteas si contarle la necropsia de una vaca tuberculosa, el coprológico de un gato con diarrea verde o la resolución quirúrgica de una hernia escrotal, te sientes bastante incomprendido, y te planteas cambiar en tu futuro título lo de "Licenciado en" por "Superviviente de"
Eso, si no te dicen lo que “¿y no son son son tres años?”
... con cariño, a todos aquellos que quieren ser o han querido ser veterinarios, o que estan de camino a serlo.
Anna
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